Iglesia oculta abusos y revictimiza a afectados: padre Camilo

Chihuahua.- A propósito del juicio que se sigue al sacerdote Aristeo Baca por violación y abuso sexual de una niña de su feligresía, el conocido presbítero Camilo Daniel Pérez lamentó que es un “modus operandi” de la jerarquía de la Iglesia, el esforzarse siempre por ocultar hechos como este y muchas veces revictimizando a las mismas víctimas, con tal de preservar una “buena imagen de la Iglesia”.

A través de una carta abierta, el padre dijo que “desafortunadamente este grave problema lo comienza a atender la Iglesia más por los escándalos inocultables y por evidenciarse ante la opinión pública, que por una sincera búsqueda de conversión y de atención a las víctimas. Por lo mismo, se ha batallado para encontrar el camino correcto, aunque hay loables esfuerzos en este sentido”.

Refuta también lo dicho por el abogado Maclovio Murillo quien afirma que “se atribuye a un anciano sacerdote, con votos de celibato que le impiden inclusive tener pensamientos lujuriosos, y su potencial sexual ya es nulo” sin embargo, dice el padre Camilo “el celibato de ninguna manera es un escudo de inmunidad por sí solo contra pensamientos lujuriosos. Suena a algo así como que el potencial sexual dejémoslo para los jóvenes, lo cual no deja de tener una cierta actitud machista”.

En el caso concreto del padre juarense Aristeo, dice haberlo tratado y distinguido como un alumno estimado por todos y “en lo particular admirado por su destacada obra pastoral y social a favor de los necesitados. Por lo mismo, tengo un profundo pesar por los hechos en los que se ha visto involucrado, acusado de pederastia y vinculado a proceso”.

Pero esto, destaca no le impidió decir que muchas veces los sacerdotes “nos volvemos narcisistas y soberbios” y creen que pueden hacer lo que quieran con las personas, y además “mucho tiene que ver la cultura machista en la que ancestralmente nos hemos desarrollado, ese imaginario social y simbólico donde prevalece el dominio del hombre por ser hombre (macho) y la subordinación de la mujer por ser mujer (hembra)”, que podría haber pasado en el caso de Aristeo.

Aludiendo a dos documentos de la propia Iglesia y del Papa Francisco como son la “Carta del Santo Padre Francisco al Pueblo de Dios” del 20 de agosto del 2018 y un “Motu Proprio” del mismo Papa Francisco, titulado “Vos estis lux mundi” (“Ustedes son la luz del mundo”) del 7 de mayo del 2019; señala que la propia Iglesia ha reconocido que “las heridas nunca prescriben. El dolor de estas víctimas es un gemido que clama al cielo, que llega al alma y que durante mucho tiempo fue ignorado, callado o silenciado… pero su grito fue más fuerte que todas las medidas que lo intentaron silenciar… no supimos estar donde teníamos que estar…”.

Además, en el segundo documento se expone una serie de procedimientos concretos ante la denuncia de actos sexuales de clérigos con un menor o con una persona vulnerable mediante violencias, amenazas, abuso de autoridad, porque “los delitos de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas y perjudican a la comunidad de los fieles”, pero que a veces no se atienden.

Además, el documento aclara que “no importa la investidura, el cargo o la dignidad que tenga la persona imputada sea cardenal, arzobispo, obispo o legado pontificio, deberá responder por su delito y falta cometida”, y que cualquier persona puede presentar un informe sobre las conductas mencionadas, solo que a veces los mismos jerarcas son los que esconden la información.

Finalmente, dijo esperar que “el juicio al padre Aristeo sea imparcial, ajeno a toda contaminación, libre de prejuicios religiosos, de actitudes machistas, de influencias políticas y, sobre todo, tomando en cuenta que la persona agraviada es una niña, lo cual merece toda una consideración aparte, apegada a los derechos propios de la niñez”.

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