Ku Klux Klan se niega a morir

Perdió miembros, se dividió y varios de sus militantes terminaron en la cárcel por una serie de asesinatos de negros. Muchos pensaron que la organización ya no existía y era apenas un fantasma de capas blancas, símbolo del odio y la violencia.

El KKK, sin embargo, sigue vivo y sueña con volver a ser lo que fue: un imperio supremacista blanco invisible, cuyos tentáculos se esparcen por toda la sociedad. Al conmemorar sus 150 años, el Klan trata de adaptarse a los tiempos modernos.

Y su principal causa ya no es la lucha contra los derechos civiles de los negros sino frenar la inmigración, según Brent Waller, imperial wizard (máximo líder) de los United Dixie White Knights de Mississippi.
Varios líderes del Klan coinciden en que el que Donald Trump tenga prácticamente asegurada la nominación presidencial republicana es un indicio de que la visión de esa organización está ganando peso.

«Venimos diciendo desde hace 40 años que hay que construir un muro» en la frontera con México, como propone Trump, expresó Thomas Robb, líder de una filial del Klan de Arkansas.

Decenas de miembros del KKK siguen reuniéndose al aire libre en el sur para prenderle fuego a cruces durante la noche y en tiempos recientes han circulado panfletos de la agrupación en barrios suburbanos tanto del sur como del norte. Y algunas agrupaciones independientes del Klan dicen que se están uniendo a otras organizaciones más grandes para ganar fuerza.

En una serie de entrevistas con la Associated Press, líderes del Klan dijeron que sienten que la política estadounidense avanza en la dirección que ellos quieren y que se está esparciendo una mentalidad nacionalista, de nosotros contra ellos, en toda la nación. El deseo de frenar o al menos contener la inmigración -algo que pregona el Klan desde la década de 1920- es más fuerte que nunca. Y aumentan los afiliados a medida que se acerca el final del segundo término del presidente Barack Obama.

Unirse al Klan es sencillo, siempre y cuando uno sea blanco y cristiano. Solo hay que llenar un formulario. Se pueden comprar las típicas batas blancas del Klan por 145 dólares en la internet, donde también se venden batas de satín por 165 dólares.

Si bien el Klan aterrorizó a las minorías durante el último siglo, sus líderes presentan ahora una imagen que es más virulenta que violenta.

Dirigentes de distintas agrupaciones del Klan dicen que tienen reglas contra el uso de la violencia, salvo que sea en defensa propia, y hasta los propios detractores admiten que la organización se ha moderado luego de que varios de sus miembros fuesen presos por provocar incendios, golpizas y atentados con bombas o armas de fuego.

«Se cree que el Klan sigue involucrado en atrocidades, pero sin ninguna duda no es tan violento como el Klan de los años 60», afirmó Mark Potok, del Southern Poverty Law Center, una organización que vigila las actividades de grupos que considera extremistas.

«Eso no quiere decir que es una agrupación benigna que no apela a la violencia política», agregó.

Los líderes del Klan dijeron a la AP que la mayoría de sus agrupaciones son pequeñas y operan en forma independiente. Hay muchas divisiones por diferencias en torno a temas como si deben aliarse con neonazis, realizar actos públicos o usar indumentarias de otros colores que no sean el blanco.

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