‘Monstruo de Ecatepec’ quería matar a 100 mujeres

ECATEPEC, Méx.- Ayer, en la audiencia de imputación por el delito de feminicidio en contra de la pareja conformada por Juan Carlos y Patricia, quienes presuntamente están relacionados con, por lo menos, 20 asesinatos, Lilia Matus y María Eugenia Solorio (madres de las víctimas) escucharon, abrazadas y llorando, cómo el Monstruo de Ecatepec presuntamente mató, descuartizó e incluso tuvo actos de canibalismo en contra de sus hijas.

Él pretendía matar a 100 mujeres… y llevaba pocas. En la sala uno de los juzgados del poder judicial del Estado de México, el Ministerio Público leyó la declaración de la pareja en la que relataron cómo fue asesinada Nancy Noemí, quien el 6 de septiembre pasado salió de su casa con su bebé para visitar a Patricia y que le enseñara ropa de paca que luego vendería.

Cuando llegó a la casa de los presuntos feminicidas, Nancy fue sometida con una llave por Juan Carlos, para impedir que gritara, la violó y, posteriormente, le cortó la vena carótida con un cuchillo y la dejó en el baño, mientras vendía a su pequeña hija a una pareja, que hoy se sabe que son Rosa y Adrián. Después, Juan Carlos destazó el cuerpo de Nancy, unas partes se las dio a los perros y otras las quemó, como también lo difundió Ciro Gómez Leyva anoche en Imagen Noticias.

La declaración señala que este era el modus operandi al que sometía a sus víctimas, con las que, incluso, cometía actos de canibalismo.

En la revisión de su casa, se encontraron cuchillos, navajas y tijeras con restos de sangre, así como corazones, dos estaban en un frasco de vidrio con alcohol que, junto con anillos y aretes de las víctimas, ofrecían a la Santa Muerte. Además, había cubetas de 20 litros y bolsas de comida para perro con restos humanos. En la declaración, Patricia aseguró que la carne y la grasa de las víctimas se la daba a los perros, otras las quemaba en “su horno”.

Así reaccionó la prensa internacional

Por los hechos imputados, se solicitó a la juez que se le vinculara a proceso, para lo cual la pareja de feminicidas solicitó la ampliación de los términos de ley a 144 horas, por lo que será hasta el próximo 15 de octubre cuando se resuelva el auto de vinculación a proceso.

En una segunda audiencia, a Juan Carlos y Patricia se les imputó el delito de trata de personas en su modalidad de adopción ilegal, por vender a la hija de Nancy; la pareja se abstuvo de declarar por lo que se solicitó la duplicación del término constitucional para sean vinculados a proceso.

Hay un rincón en Ecatepec, una construcción de obra gris, que aglutina estos días todo el horror de un municipio. Unas cortinas ajadas flanquean la entrada a dos cuartos oscuros; un baño minúsculo con una ventana pequeña; y un salón, que huele estos días a excremento de animal. En la entrada de esta versión paupérrima de la casa del terror permanece impasible el orinal de un bebé. Había niños. Entre estas paredes frías de cemento se cometieron, según las autoridades, algunos de los crímenes más atroces que recuerde una de las localidades más violentas de México. Aquí vivía un hombre con su pareja y dos hijos, acusado de torturar y asesinar a sangre fría a lo largo de siete años a una veintena de mujeres en uno de los municipios con mayor número de feminicidios del país. Quería llegar a 100, confesó ante la policía. «Llámenme El Terror Verde».

En tanto que, Rosa y Adrián, quienes según la imputación hecha por el MP habrían recibido a la bebé afuera de una tienda de electrodomésticos, reconocen que entregaron 15 mil pesos como “apoyo” a Juan Carlos y Patricia para luego registrar a la bebé como suya.

La pareja señaló que tras 14 años de intentar ser padres y someterse a programas de fertilidad sin suerte, apostaron por la adopción. En su declaración aseguran que supuestamente su madre, quien venía de Chilpancingo, Guerrero, no la quería y ante el riesgo de que lastimaran a la bebé, la aceptaron.

Consintieron ser vinculados a proceso; la juez fijó un plazo de dos meses para realizar la investigación correspondiente.

INDIGNACIÓN EN LA SALA

ECATEPEC, Méx.– Con los rostros demacrados y temor arribaron, al filo de las 11 de la mañana, las madres de Nancy, Arlet y Evelyn, entraron a la sala primera donde se imputarían los cargos de feminicidio y trata de personas a Juan Carlos y Patricia.

Al interior, ya se encontraba la pareja, quienes intentaban evadir la mirada de las mujeres, cuyos semblantes mostraban dolor e impotencia por lo ocurrido.

Por momentos, el dolor y llanto le ganaban a Lilia Matus y María Eugenia Solorio cuando escucharon la saña con la que asesinaron a sus hijas. La jueza tuvo que detener la audiencia unos segundos para que las mujeres pudieran salir de la sala.

Por instantes, Patricia miraba a las mujeres, sin exbozar expresión alguna.

La indignación fue mayor cuando, luego de uno de los recesos, Juan Carlos trataba de ocultar su sonrisa con la mano, lo que fue calificado como una burla.

María Eugenia y Lilia exigen que se haga justicia.

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