NO solo ha sido señalada como una de las universidades más caras del país y con los resultados académicos más pobres, de usar el erario para acomodar a amigos, conocidos y familiares en puestos directivos o con plazas como maestros, de no haber apoyado a los estudiantes de Ingeniería que viajaron hace poco a Acapulco a la convención minera, aunque las autoridades, incluido el rector, hicieron de todo pero para callar las críticas, incluso hasta exigirles a los propios estudiantes que ya dejaran de hablar “mal” de la universidad, de no atender las demandas básicas en las facultades como mobiliarios e instalaciones sanitarias, por ejemplo, sino que ahora también la UACH brilla pero por su mediocridad en todo su esplendor, con sus colores morado y gris característicos, en una publicidad donde convocaban a apoyar dos proyectos inscritos dentro del Presupuesto Participativo. Habráse visto que una universidad que se supone es de alto nivel tenga que participar en convocatorias así, para poder tener un espacio seguro y adaptado para la comunidad, es decir donde puedan transitar quienes requieran usar silla de ruedas u otros apoyos, y para mejorar la iluminación en el campo de fútbol conocido como el Nido de Águilas, en el campus 1. Por cierto, que ni para hacer el boletín y la imagen promocional bien, porque le pusieron 2023 cuando es 2024. Se pasan, de veras.
LUEGO del atentado a balazos que dejó dos lesionados y un muerto en el bar La Regina, ubicado en la avenida 20 de Noviembre de la colonia Obrera, abrieron sus puertas este fin de semana.
Fue el sábado donde ya estaban anunciando que abrían sus puertas con grupo sierreño hasta las 3 de la madrugada, y según sus encargados, hubo un acuerdo con la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) para que anden dando rondines a cada rato. Así mismo, dando a conocer que tienen “nuevo cuerpo de seguridad”.
Solo 10 días estuvo clausurado el lugar, y las investigaciones del hecho sin esclarecer y los días contando.
DEL rojo fuego de César Duarte las máquinas expendedoras y cargadores de tarjetas y crédito del sistema de transporte conocido como Bowi, pero en cuyo nombre oficial sigue siendo Vivebús, han pasado ahora al blanco Maru Campos con todo y eslogan “Juntos sí podemos” incluido, cuando se supone, solo se supone, que el mobiliario urbano público no debería estar personalizado con cada gobierno, aunque si Duarte se gastó 400 pesos en cada una de las boyas con las que delimitó cada estación con el nombre de su legendario “Chihuahua vive”, todo puede esperarse.