COMO la vocera del IEE de nombre Kathy Barragán Peña, fue identificada una de las mujeres que andaba aplaudiendo el “incendiario” y desmother que se traían en la marcha del 8M, y fue “fichada” tras llevar el escandalo a lo privado, esto es, al Huitziloporky de Plaza del Mariachi. Resulta que aún con su pañuelo morado protagonizó un episodio bochornoso en dicho restaurante por qué le hicieron el feo.
Y es que el dueño del Huizi, Milton Chávez, para no meterse en broncas con las clausuras por parte de Gobierno se puso machista, y ordena a sus empleados voltearles la cara a toda mujer que trajera la insignia morada que significa la lucha social de las mujeres por acceder a una mejor calidad de vida través de la perspectiva de género en los derechos humanos. Pues el Milton dijo no las dejen ni pasar a mi restaurante, no se vayan a enojar los de gobernación.
Lo anterior enfureció tanto a Kathy Barragán, pues eso no le ha pasado ni en las tostadas de La Malinche, y se le soltó la boca, no para Milton, si no a Maru, y el patriarcado. No midió su furia feminista radical.
Al final entró como blanquillo en calzón S de un patriarcado con masa muscular XXL, y se echó unos tacos asados con aceite de cuarta mano con su respectiva chela, eso sí, muy enojada aún.
A Barragán, acomodada por su esposo un conocido adicto del erario, de apellido Macedo, a quien también acomoda su hermano que tiene influencias por ser un conocido conductor de la tele, la definen como la encargada de la comunicación más gris e inoperante que haya tenido el órgano.
La persona encargada del restaurante intentó explicarle que luego de tener el desastre justo frente a sus ojos, no querían arriesgar a que frescas las pasiones, apareciera algún loquito fan del T – Mach (gurú que intenta aumentar el autoestima de los hombres con miras al dominio psicológicos de las mujeres) y armaran un escándalo al interior, al calor de las copas.
Testigos aseguran que la funcionaria del IEE los amenazó a los empleados con llevarles a la Conapred por sentirse discriminada, pero aun así no cambió su opinión de pedirle la no portación del pañuelo, porque de plano tienen pavor que cercado el Palacio de Gobierno, la destrucción en próximas marchas se vayan contra el Huizi. 
NO sabemos quién le trae tanta mala leche a Brighuite Granados, pero apareció una pinta en las megavallas de Palacio de Gobierno, que decía: “Brighite Morena Violenta”.
El movimiento feminista está contaminado de política, cierto, y muchos y sobre todo muchas aprovechan para llevar agua a su molino, y desacreditar a rivales políticos hombres, pero ahora les falló la sororidad con la dirigente estatal de Morena.
¿Habrá hecho algo la gris “líder” de Morena que sólo baja las instrucciones de Ariadna Montiel? Lo cierto es que por ahí andaba Ana Lilia Cardona, quien si no protesta por algo no está a gusto, y trae a Brighite entre ojos porque nomás no afloja candidaturas para los que se dicen de la verdadera izquierda.
EL que reconoció tácitamente que hace unos años habría interpuesto una denuncia formal no sólo mediaticamente, en contra de la hoy gobernadora por el famoso caso de la nómina secreta del ex gobernador César Duarte, fue el candidato a la Diputación por el Distrito VIII federal Alejandro Domínguez. Al responder a las críticas lanzadas por el ex panista Miguel La Torre dijo de manera textual «un juez exoneró a María Eugenia Campos», reconociendo que o que su denuncia fue tan chafa como las alianzas entre partidos de distinta ideología o que de plano el juez estuvo comprado como para no acreditar lo que lo llevó a atreverse, junto con el hoy fiscal de la zona Centro Heliodoro Araiza, a llevar a la justicia el tan sonado caso de los cheques. A lo que también se atrevió fue a inferir que «es como si yo dijera que mi contrincante (Marco Quezada) es un asesino por los muertitos del Aeroshow, y hoy lo que podemos decir es que uno, La Torre se fue del PAN y otro (Quezada) del PRI», acabáramos. Si ese será el nivel de política a verse en las campañas, estamos fritos.
