CASI lloraba el diputado morenista Óscar Castrejón en la sesión pasada del Congreso, ya casi nada más la faltó aventar los papeles y hacer una rabieta estilo Chilindrina cuando se dijo reprendido y discriminado por la presidenta Adriana Terrazas, solo porque hablaban de las becas Conahcyt en la Uach y él se soltó como hilo de media platicando cómo lo han maltratado «todo por órdenes de César Duarte», que ni venía al caso ni le importaba a nadie y entones acusó a su compañera de partido de que le salían ronchas al escuchar a César Duarte, quizá recriminando su pasado priista. Y el que también se vio mal fue su otro compañero de bancada Benjamín Chávez que también acusó a Terrazas de lo mismo sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpais. Dicen que ahora andan más ardidos que nunca ante el rumor de que el PAN impondrá de nuevo a Terrazas para que se reelija como presidenta del Congreso.
UN monstruo legislativo es lo que parece ha cocinado el panismo en el Congreso del Estado con esa iniciativa para que ahora los integrantes de una mesa directiva puedan reelegirse, pero, como lo dijeron diputados morenistas, sin poner candados de cuántas veces podría ser eso posible. Sin pensar tampoco que en un futuro eso les podía jugar en contra como cuando por décadas el PRI tuvo la mayoría del Congreso sin pensar que alguna vez sería el PAN el del privilegio. Alfredo Chávez también le puso una alfombra para que el rimbombante y antiAmlo Francisco Sanchez pudiera pertenecer a la mesa y que dios los agarre confesados.
RARO fue el mensaje que lanzó el diputado coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional Noel Chávez, de que entregó la presidencia del Congreso del Estado que le correspondía para el tercer año de labores para “poder garantizar la gobernabilidad del estado”, pareciera que ya no quieren más PRI en los poderes luego de que se dice que la titular del Poder Judicial es “ahijada” de César Duarte, y que la titular del Ejecutivo estuvo cobijada por él. O como si el PAN no pudiera gobernar teniendo al PRI al frente del Congreso. La verdad es que pocos le creyeron y algunos le reprocharon o el descaro o la honestidad, como el diputado de Morena Gustavo de la Rosa “eso me asusta, pareciera que estamos en riesgo todos aquí en el estado”, le dijo durante la discusión de la reforma para poder reelegir a la mesa directiva. Chávez incluso juró “por Dios” que nunca digo nada, pero hacerlo ahora para decir eso, mejor hubiera seguido callado.