Los capos más buscados en el estado

El exfiscal general Jorge Enrique González Nicolás dio a conocer, en julio pasado, que grupos identificados con el narcotraficantes Rafael Caro Quintero ingresaron a la entidad y disputan la plaza de drogas en el Triángulo Dorado y el Valle de Juárez, aunque por lo menos en la zona serrana sus habitantes han insistido, desde 2011, que la “guerra” la sostienen en la mayor parte de ese territorio grupos divididos del cártel de Sinaloa.

Incluso, en Chínipas se han registrado desde noviembre pasado desplazamientos de comunidades completas. Se estima que alrededor de 700 familias han salido de varios poblados y muy pocos han logrado regresar. Los mismos habitantes y representantes del clero, activistas y otros vecinos dieron a conocer que quienes llegaron de fuera, a disputar la plaza contra el grupo Los Salazares (que es “respetado” por los habitantes), son de Sinaloa y se han identificado como gente de Caro Quintero.

El caso más evidente es en Guadalupe y Calvo, donde las autoridades municipales no pueden ingresar al poblado de Baborigame y pueblos aledaños, porque los controla otro grupo diferente.

El Cártel de Sinaloa se dividió en varios grupos diferentes en algunos municipios de la región occidente y sur de la sierra Tarahumara, de acuerdo con los testimonios de pobladores, autoridades y representantes de distintos sectores que atienden aquella región.

Algunos líderes delictivos, identificados por los habitantes de Guadalupe y Calvo y municipios aledaños (donde domina el cártel de Sinaloa), así como de la zona noroeste (donde domina La Línea, el brazo armado del cártel de Juárez, viven y conviven como cualquier vecino de la región, a pesar de que se encuentran entre los más buscados por la PGR.

En la zona noroeste opera Carlos Arturo Quintana, El 80, y en Cuauhtémoc, César Gamboa Sosa, El Cabo.

En la campaña electoral pasada el PRI postuló como candidata a la alcaldía de Bachíniva a la suegra de El 80 y, al ser cuestionada esa candidatura, la cambiaron por otra mujer.

Posteriormente, la Fiscalía informó extraoficialmente que ambos capos fueron detenidos en un supuesto operativo de la Marina, pero ello fue desmentido en su momento por Corral Jurado como candidato a la gubernatura por Acción Nacional, quien dijo que El 80 continuaba amedrentando a la población de los municipios del noroeste, y posteriormente González Nicolás sostuvo la probabilidad de que no hubieran sido detenidos porque no les habían informado sobre algún operativo.

Como gobernador electo Javier Corral dio 72 horas a El 80, de quien recibió amenazas en la campaña, para que dejara el estado. La semana pasada se especuló nuevamente sobre su detención, pero el narcotraficante continúa libre.

Pero no es todo, pues en la zona de Guadalupe y Calvo y Balleza opera como líder Mario Eleno Félix Corral, El Cepillo, quien es buscado como presunto cabecilla de un grupo delictivo identificado con el cártel de Sinaloa.

En esos municipios es vox populi la presencia de El Cepillo, quien se ha convertido en un moderno Robin Hood debido a que apoya a las comunidades, pero también es odiado por otros por la lucha violenta que sostiene con el otro grupo, identificado como Los Chávez.

En El Vergel, municipio de Balleza, el capo instaló una red wifi libre, que se llama Del Cepillo para el pueblo.

De El Cepillo hay un corrido que circula en Youtube, donde cuenta que nació en Dolores, del municipio de Guadalupe y Calvo, donde le llaman también el 00, y queinició actividades en el mismo municipio, pero en el pueblo La Mesa de San Rafael. “Era tranquilo, mataron a su hermano Manuel” y por eso quiere hacer una limpia de Guadalupe hasta Parral y admira a Noel El Flaco Salgueiro.

También El 80 es uno de los objetivos de la PGR y se sabe que opera presuntamente en Namiquipa, Bachíniva, Gómez Farías y Álvaro Obregón para el cártel de Juárez. Él también convive con sus vecinos sin problemas.

Las peores consecuencias fueron recibidas por los habitantes de la Sierra Tarahumara, donde se incrementó el número de homicidios desde el 2011.

Las últimas semanas, las comunidades indígenas también han sido extorsionadas hasta para que entreguen a agentes municipales o grupos delictivos una cuota por los apoyos gubernamentales de Prospera y 70 y Más.

Guadalupe y Calvo y Guachochi se convirtieron en los municipios con mayores índices de violencia en el país. El primero alcanzó en 2012 una tasa de 298.31% de homicidios dolosos, y Guachochi más de 180%, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano.

En nueve municipios serranos la tasa de homicidios hasta julio pasado era mayor a 90 homicidios por cada 100 mil habitantes. Guadalupe y Calvo registró 252.56% y los otros con mayor índice de homicidios fueron Uruachi, Urique, Guachochi, Ocampo, Bocoyna, Guazapares y Huejotitán, entre otros.

Sin embargo, no hay una cifra real de personas desaparecidas y menos de familias desplazadas, casos que se reportan por decenas. El exfiscal González Nicolás siempre negó esas problemáticas.

De acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la pasada administración del priista César Duarte acumuló más de 14 mil homicidios en su sexenio.

Este año los homicidios han incrementado incluso en Ciudad Juárez y Chihuahua capital, y de acuerdo con el exfiscal general se deben a la disputa por la venta de cristal.

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