EN el Poder Judicial los peces gordos no quieren que nadie toque la gallina de los huevos de oro, y la reforma judicial que propone Myriam Hernández quiere, ahí como que no queriendo, agandallar la decisión de elegir magistraturas, de tener el primer gran filtro.
Y es que Myriam quiere que todo aquel que aspire a una magistratura, vaya al Congreso con la bendición de quienes dirigen el TSJ, pasando primero por exámenes y vistos buenos de la Judicatura. Ya en el Congreso desarrollarían la simulación de procesos con los personajes internos y externos al Poder Judicial, para componer las ternas con los clásicos favorecidos.
Morena ya cantó que irán en contra de otros beneficios que quieren obtener los peces gordos del Tribunal con la reforma, como volver a permitir que los magistrados puedan ejercer el derecho después de terminar sus períodos, beneficios de jubilaciones y varias cosas más aparte del grosero influyentismo y nepotismo al interior, sin mencionar que lejos están de cumplir con la paridad que sí cumplen otros poderes
Vamos a ver si los diputados ceden o le tiran la reforma a Myriam, porque todos quieren tener mano en la elección de magistraturas, mientras que en el Tribunal el principal argumento es la independencia judicial.
SI alguien la lleva de ganar, dicen, por la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, es el ex presidente municipal de Juárez y ex secretario de Educación, Javier González Mocken.
Nadie sabe qué tanto de deba Maru al juarense priista que también anduvo en Morena pero ahora anda pintado de azul, pero a pesar de que nadie conoce su trabajo por el derechohumanismo, parece ser el más apuntado, o al menos es lo que por radio pasillo se dice.
En el foro que armaron los diputados para escuchar a las organizaciones sobre cuál debería ser el mejor perfil para la Comisión, varias veces mencionaron el nombre de Mocken, pero para mal, varios coincidieron en el rechazo al postulante al que le atribuyen cargan con el lineazo de palacio de gobierno.
Vamos a ver si los diputados cachan la señal de palacio o si al final se cae, como le pasó a María Ávila Serna cuando buscaba una magistratura en diciembre.
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